lunes, 11 de diciembre de 2017

Kitty!Kurt VII No es lo que quería



Kurt despertó a la mañana siguiente abrazando a alguien, pero no olía como Blaine, era un olor como a madera y a jabón, ese olor era de Sebastian, Kurt se alejó rápidamente del cuerpo caliente y se sentó en la cama a observar a su rival y empezó a recordar todo lo que había pasado el día anterior, se había comportado como un bebé, bueno era un bebé, pero era el bebé de Blaine no de Sebastian, así que haría pagar al chico cara de ardilla por haberlo engañado.
Kurt se paró de la cama y empaso a bajar por la cobija como lo que era, un gato, cundo tenía sus dos pies en el suelo, empezó a recolectar las cosas para su plan de venganza, primero tomo todos los zapatos de Sebastian y los escondió en el mejor escondite de la vida, la tina del baño, y si por algúna extraña razón lograra encontrarlos, abrió la llave con muchos esfuerzos y vertió más de medio bote de shampoo, no quería echarles tanto pero el bote era pasado y no usaría su shampoocito de moras que le había regalado Blaine, una vez que termino con eso, decidió que las Crocs tampoco se salvarían, así que tomo la pasta de dientes y puso un poco en cada sandalia, luego intento tomar los uniformes del pobre chico, que ajeno a todo seguía durmiendo a pata tendida, pero la ropa estaba muy arriba y no lograba alcanzarla, así que empezó a sacar toda la ropa de los cajones y a botarla por la habitación, cundo por fin termino de redecorar con la ropa de Sebastian decidió plasmar su arte en la tarea de Seb, pero al intentar subirse al escritorio tiró un bote con vários lapiceros, colores y muchas otras cosas que lograron despertar al chico.
Lo primero que noto Sebastian al despertar fue que el bebé no estaba a su lado, pero al verlo sentado en el escritorio se tranquilizó, bueno hasta qué vio que el pequeño angelito estaba rayando su cuaderno un una pluma roja que había quedado encima del escritorio.
“No Kurt, no pintes eso, es mi tarea y la tengo que entregar mañana” dijo Sebastian quitando la pluma de las manos del bebé, pero al ver interrumpida su labor decidió que romper la hoja daría el mismo efecto, Kurt tomo la hoja por la mitad y la jalo hacía atrás con todas su fuerzas callendo de espaldas en el escritorio y provocando le un infarto cerebral a nuestro querido silbador “¡No!, ¿que hiciste?” dejo al bebé en la cama y se puso a examinar el daño, derepente le llego el olor pino de su shampoo, pero era el único en la habitación, así que corrió al baño y encontró la tina desborda y todos sus zapatos arruinados por el agua, saco lo que quedaba de sus Dockers de piel, y lo aventó al agua provocando un gran chapuzón, serró la llave y se dirigió a la habitación, al ponerse las Crocs sintió una sustancia resbaladiza en la planta de su pie y el inconfundible olor a menta le evito tener que averiguar de qué se trataba, tomo aire mil veces y lo expulsó tan lentamente como podía, tenía que recordar no matar al bebé de su novio, pero sus planes de ser paciente y considerado salieron por la borda al ver al niño lanzar el Rolex que le había regalado su papá.
“¡No!” Grito el chico pero ya era demasiado tarde el reloj voló por los aires hacia su destrucción
Afortunadamente el lujoso reloj calló sobre un cojín que el día anterior había botado el propio Sebastian, pero rebotó hacia el suelo, el chico corrió hacia su pequeño tesoro y al levantarlo descubrió que el cristal se había roto, así que pego el aparato a su oído y para su tranquilidad descubrió que seguía funcionando, guardo el reloj en su cajón, con la idea de ir a arreglarlo luego.
Kurt se escondió entre las cobijas de la cama de Sebastian, intentando hacerse invisible, nunca en su corta vida había deseado tanto poder retroceder el tiempo y evitar hacer todo eso.
Después de un tiempo de estar escondido y no escuchar ni un ruido, el minino decidió salir de su escondite y asomar su cabecita, lo que vio le causó mucha culpa, el joven estudiante estaba secando el baño, o bueno haciendo el intento ya que el shampoo había provocado demciada espuma que dificultaba dicha labor, la ropa ya estaba recogida, bueno en realidad amontonada en un rincón, y el chico se estaba paseando por la habitación descalzo ya que sus sandalias también estaban arruinadas.
Kurt estaba undido en sus pensamientos de culpa cundo se escuchó un fuerte golpe proveniente del baño, al levantar la cabeza vio a Sebastian tendido en el piso con la espalda recargada en una pared, se veía cansado, no física, sino mentalmente, así que el pequeño tomó valor y se acercó al Warbler sentado en el frío suelo del baño, Kurt recargo su cabecita en la rodilla de Sebastian y puso sus mejores ojitos de “lo siento”, pero no tuvo el efecto deseado.
“Nunca voy a caerte bien, ¿verdad?” Dijo Sebastian acariciando la cabeza de Kurt “pensé que ayer aviamos tenido un avance, pero veo que solo fueron ideas mías" con eso el chico se paró con el minino en los brazos y lo dejo de nuevo sobre la cama, mientras el buscaba algo decente que ponerse.
Kurt se sentó observando en silencio, al ver a Sebastian tan triste pensó que le daría gusto, peor no fue así, más bien le dió tristeza a el mismo, porque sabía que el había provocado la tristeza de Sebastian, pero Kurt fue sacado de sus pensamientos por la última declaración del chico.
“Pero no te preocupes ya entendí, no quieres que esté con Blaine, te prometo que en cuanto llegue terminaré esto” Sebastian limpio una lágrima solitaria que corría por su mejilla “como dije, no puedo competir contigo, tu siempre serás primero para Blaine”
El resto del día pasó sin más contratiempos, Sebastian se siguió ocupando del pequeño, pero ya no fue como al día anterior, la relación estaba tensa y en general el chico dejo que el bebé se entretuviera solo con sus juguetes.
Blaine llego a las cuatro de la tarde a la academia, estacionó el auto en su lugar designado y entro corriendo al edificio, no bajo siquiera las maletas, ya habría tiempo para eso, el moría por ver a sus dos chicos favoritos.
Reviso su habitación, pero allí no estaban, pero aprovecho para cambiarse de ropa por una más a su estilo y no la típica playera básica y jeans que usaba en casa de sus padres para ”disimular”, como decía su padre
Pero antes de que pudiera cambiarse la playera Sebastian entro por la puerta con el pequeño híbrido dormido en brazos. Blaine se acercó silenciosamente a Sebastian y le planteo un beso tierno en los labios antes de tomar a su bebé en brazos e igual regalarle un beso en la frente antes de ponerlo en su camita.
“Llegaste antes” dijo simplemente el chico más alto, Blaine lo vio demacrado serio y sintió el beso un poco frío, pero lo atribullo a la sorpresa de su llegada repentina.
“Si, no soportaba un segundo más en esa casa de locos, y además ya los extrañaba demaciado” dijo colgándose del cuello de Sebastian para robarle otro besó, esta vez no tan tierno, después de unos segundos la pareja por fin se separó, con un suspiro tratando de recuperar el aire perdido por el beso apasionado
“¿Y eso?” Pregunto Sebastian extrañado, regularmente era el el que iniciaba las caricias un poco más subidas de tono.
“Es que encerio te extrañe” dijo Blaine sonrojandose por lo que acababa de suceder, Sebastian sonrió un poco al ver lo tierno que se veía Blaine con las mejillas sonrojadas, pero perdió rápidamente la sonrisa al recordar lo prometido a Kurt.
“Tenemos que hablar…”
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Kurt se despertó por el portazo con el que se cerró la puerta y los sollozos que se escucharon posteriormente, al levantar la cabeza vió tendido en la cama a un Blaine devastado que no podía controlar sus sollozos, el minino bajo rápidamente como todo un experto desde su camita, lo difícil fue subir a la cama del joven de cabello rizado. Una ves que logró subir se pegó al costado de Blaine que instantáneamente abraso a su pequeño bebé.
Después de un rato más de sollozos, por fin Blaine logro regular su reputación y ví que Kurt de había vuelto a dormir, lo contempló por unos minutos acomodando los mechones que habían aterrizado en su cara.
“Estamos los dos solos nuevamente bebé” y con eso Blaine también se quedó dormido, sin saber que el pequeño híbrido solo fingía.
Cuando Kurt estuvo seguro de que Blaine dormía se sentó en la cama, y ahora fue su turno de contemplar al adolescente, podía ver los ojos rojos y las mejillas inchadas de Blaine, y algo dentro de él se removía y lo hacía sentirse mal, algo le decía que el era responsable por el dolor de su amado...¿Papá? ¿Cuidador? ¿Amigo?, bueno ese sería tema para otro día.
Dentro de su cabecita Kurt se preguntaba, ¿Porque si había conseguido lo que quería, no se sentía como si hubiera ganado?, ahora eran el y Blaine nuevamente, como en un principio, como siempre debió ser, talvez solo se sentía mal por que Blaine había llorado, pero el lo compensaría, sería extra lindo y super tierno para que pronto se olvidará del tonto Sebastian, con ese último pensamiento el bebé se acurrucó contra el cuerpo de Blaine y volvió a dormir
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Los días pasaron y todos se empezaron a preocupar por Blaine, el alegre chico, con el entusiasmo hasta el cielo, ya no estaba entre ellos, a cambio convivían con algo parecido a un zombie. El chico solo contestaba si se le preguntaba en clase, con los Warblers ya no le interesaba tener los coros, de echo había faltado a algunos ensayos, y Waide lo sentenció que si volvía a faltar lo sacaría del grupo, eso centro un poco a nuestro lindo chico de cabello chino, pero no mucho seguía apagado como muerto.
Sebastian no estaba mucho mejor, deambulaba por los pasillos con un humor de los mil demonios que nadie le aguantaba, en esa semana fue más veces a la oficina del director que en toda su vida, y recibió lo que nunca en su vida: una tunda con la vara
Flash back
Era el partido semifinal de polo de las panteras de Dalton contra los troyanos de Grace Academy, que no compartía las políticas de tolerancia cero ante la intimidación como Dalton.
“Hola princesas, volvieron para la quinta derrota consecutiva” alardio el capitán de los troyanos, asiendo gala de su dominio del caballo
“Ni sueñes Antoine, este año la copa será de Dalton” dijo Jeff mientras cepillaba a Hope la yegua blanca con la que juega.
“Tú cállate maldito marica” dijo otro de los alumnos del Grace
“Tranquilo Thierry, deja a la mariposita cepillar a su yegua, seguramente no le pudieron dar un semental porque montarla a la muy…” el medio francés fue interrumpido por un cepillo volador que lo golpeó justo en la frente
“Osez finir cette phrase et oubliez mes manières, car je vois que vous avez oublié la vôtre” dijo Sebastian en un perfecto y fluido francés que dejó con la boca abierta a más de uno de los troyanos.
“Tu parles français?” Pregunto Thierry indignado
“Je pense que c'est très évident” respondió cortante Sebastian
En eso sonó la corneta que avisaba que juego estaba apunto de empezar y que los equipos debían tomar sus lugares.
Ya Iban a más de dos tercios del partido cuando un troyano comete falta asustando al caballo de Jeff provocando que este gallera del caballo, desde las gradas se oyó el grito de Nick, que entro corriendo a la cancha y de tras de él se vio cómo se paro Blaine, pero fue detenido por Will de entrar a la cancha, Sebastian no soporto ver la cara de preocupación que tenían Blaine por Jeff, sabía que era tonto porque lo único que sentía Blaine por el Rubió era un amor fraternal, pero aún así le molestaba demaciado la idea.
Y justo en ese momento cuando el control de Sebastian se tambaleaba, a Antoine se le ocurrió tirar de la cuerda que ya estaba floja
“¿Que pasa marica es tu novia?” Y empezó a reír ilarante de su propio chiste, justo tocó el cable sensible en la cabeza de Sebastian y perdió la cordura momentáneamente, bajo al troyano de su caballo y empezó a golpearlo a puño limpio, estaba tan entretenido que no recordó que era un lugar público hasta que sintió unos fuertes brazos que lo alejaban de chicho sangrante en el suelo
“¡Hotchnner quiero que ese delincuente responda por esto!” Grito iracundo el director de la Grace Academy, al levantar a su alumno que ya empezaba a mostrar los signos de una golpiza.
“Director Evan le suplico que no se entrometa en la disciplina de mis alumnos, ya sabré yo que medidas tomo con mi chico, y usted encarguece del suyo” con eso el director Hotchnner se llevó a Sebastian a un lugar apartado.
“Imaginarás que te expulsarán del juego, ¿cierto?” Dijo el severo director cundo llegaron a los vestidores
“Si, lo lamento mucho director Hotchnner, pero es que… argh”
“Lo entiendo señor Smythe, ¿hablaron de el señor Anderson?” pregunto en un tono más comprensivo el director
“Si, no puedo permitir que hablen mal de el” dijo el joven sintiendo como se sonrojaba al expresar su amor hacia Blaine con el director
“Hay Sebastian eh de confesar que al aceptar ser director de una escuela para chicos pensé me iba a ahorrar los dramas amorosos, pero veo que no” dijo el director terminando con una sonrisa “entiendo su posición señor Smythe pero aún no es aceptable reaccionar como lo hizo, golpear a alguien nunca es la solución, si quería golpear algo se hubiera esperado a que empezará de nuevo el partido”
“Lo siento, solo no fui yo en ese momento” se disculpó nuevamente el chico
“Creo que fue completamente usted señor Smythe, explosivo y apasionado, no espero que no se meta en problemas tiene dieciséis años, en estos momentos piensa más con sus emociones que con su cerebro, y entiendo que está molesto con todo el asunto entre el señor Anderson y usted, pero es mi deber castigar su mal comportamiento y usted rompió una de las reglas más importantes de la institución, recuerde que la academia Dalton tiene una política de tolerancia cero a la intimidación, así que una vez lleguemos a la institución necesito que se presente en mi oficina, ¿entendido?”
“Si señor”
“Vamos a terminar de ver el partido” dijo el director tomando del hombro a Sebastian y llevándolo a las gradas.
El partido terminó sin más incidentes, así que una vez dadas las despedidas de cortesía, ambas academias se dirigieron a sus planteles, una vez en el edificio de Dalton, Sebastian de dirigió directamente a la oficina del director para recibir su sentencia.
Algo temeroso el chico tocó la puerta de la oficina “Adelante” se oyó desde adentro, Sebastian tomo aire para darse valor y empujó la puerta
“Buenas noches director Hotchnner”
“Buenas noches Sebastian, ¿cenaste ya?” Dijo el director separando la vista de los papeles que tenía entre las manos
“Si”
“Bien, nesecito que se pare en aquella esquina con las manos en la cabeza en lo que termino de revisar estos papeles” dijo el director señalando la única esquina vacía de la habitación, que justamente tenía el objetivo de resguardar las narices traviesas de los alumnos de la academia Dalton.
Sebastian se levantó y fue a pararse en aquella esquina, se quedó allí por un buen rato hasta que oyó el terrible llamado
“Sebastian, acércate por favor” dijo el director sentado en el escritorio, el chico se acercó lentamente y se quedó parado frente al director “¿Sabes por qué estamos aquí?”
“Porque golpeé a un alumno de otra academia”
“Bien, ¿Y entiendes porque está mal?”
“Porque golpeando a la gente no resuelvo nada”
“Ya que todo está completamente comprendido, necesito que te retires los pantalones y te inclines sobre el escritorio, te daré cinco con la vara por golpear a un compañero, serían más si supiera que no lo merecía” con eso el director consiguió sacarle una sonrisa al chico.
Sebastian retiro lentamente sus pantalones y se inclinó sobre el elegante escritorio de madera, una vez en la posición solicitada cerró los ojos en la espera del primer golpe, con un silbido que hela la sangre calló el primer golpe, Sebastian solo apretó los dientes tratando de no hacer ningún ruido, así se mantuvo los otros cuatro, resistiendo los impulsos de cubrirse o moverse.
Cuando terminaron el director lo dejo recostando un momento para que se recompusiera luego lo incorporo y le dió una palmada en el hombro como consuelo, era parte de su trabajo, tenía que identificar qué tipo de consuelo necesitaba cada chico, si a Sebastian intentará abrazarlo como a Blaine sería sumamente incómodo para ambos, y al contrario si sólo le diera una palmada de apoyo a Blaine rompería en llanto por creer que seguían enojados con el.
“Listo, eso es todo puedo ir a dormir”
“Gracias director*
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Desde ese día en el campo Sebastian no volvió a tener un ataque de ira adolescente descontrolada, pero seguía enojado y desanimado, al igual que Blaine que se le notaba la tristeza a kilómetros y con neblina, esto no le gusto a nuestro pequeño híbrido, su plan de distraer a Blaine con su ternura no estaba funcionando, de hecho era todo lo contrario, ahora la paciencia de Blaine era más corta por lo que en las últimas semanas había estado más tiempo en la esquina que fuera de ella, como en estos momentos que estaban en la clase de latin, y a Blaine le precio irritante que Kurt no dejará de restregarse contra su brazo, así que lo mando a la esquina en lo que terminaba de tomar notas.
Después de un rato de estar en la esquina y ver que Blaine no le prestaba atención, decidió salir de el aula para pensar un rato debajo de su árbol favorito, después de un rato de caminar por los pasillos el pequeño minino se perdió así que despidió que también podía pensar en una de las comodas sillas del pasillo, y así es como lo encontró Will
“Hola pequeño, ¿Qué haces aquí tu solo? ¿Dónde está Blaine?” Dijo el asesor sentándo a Kurt en sus piernas
“En clase”
“¿Y se puede saber porque no estás con él?
“Está molesto”
“¿Contigo?”
“No lo creo, creo que está molesto porque el y Sebastian ya no son novios, y quiero saber cómo arreglarlo”
“Bueno pequeño eso es algo en lo que no te puedes meter, lo tiene que resolver ellos” dijo Will haciendole cosquillas en la pancita al bebé triste, pero no esperaba la respuesta que recibió, conolestia el pequeño empujón las manos del maestro
“No entiendes, es mi culpa que ellos se separaran, yo hice enojar a Sebastian y por eso dejo a Blaine, ahors tengo que ver cómo arreglar lo que rompí”
En eso entra corriendo un Blaine muy asustado que casi rompe en llanto al ver a su bebé sano y a salvó en brazos de su profesor
“Oh por dios, allí estás” dijo mientras levantaba al bebé en su brazos “no vuelvas a salirte del salón sin mi” dijo Blaine dándole dos palmadas en la colita al híbrido, que empezó a llorar escandalosamente por toda la carga emocional que traía encima y además de eso su Blaine se enojó con el.
“Lo siento BUAAA!”
“Ya, ya tranquilo, solo me asusté” en eso Sebastian entra corriendo al pasillo y se detiene al ver que Blaine ya había encontrado al pequeño híbrido
“Lo encontraste” dijo Sebastian y tuvo que resistir el impulso de acariciar la cabeza del pequeño híbrido que todavía lloraba.
“Si, gracias por ayudar, lamento haberte sacado de clase” dijo Blaine algo incómodo por su arrebato, en la desesperación al no encontrar a Kurt la única persona que se le vino a la mente fue su exnovio, así que corrió hacia el laboratorio de biología y lo saco casi arrastrando
“No te preocupes, yo siempre estaré aquí para ustedes, ahora tengo que volver o el profesor se molestará” con eso Sebastian regreso a su clase y Blaine se dirigió a su habitación, eran suficientes emociones para un día.
Mientras los chicos se alejaban un plan se formulaba en la cabeza de el pequeño híbrido, ya sabía cómo pegaría lo que había roto, después de todo, ¿el era lo más importante para ambos chicos no?
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Lo sé, lo sé, se los debo así que aquí está el séptimo capítulo del pequeño minino, y no hago promesas, peor intentaré actualizar todas mis historias.

2 comentarios:

  1. precioso tu relato. Pobre Kurt!!!!!
    Grace

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  2. Ese minino se merece unas buenas palmadas!!
    Es lindo pero se vio muy egoísta separando al par de tortolos!!
    Ya quiero saber que planea ese bebé y espero que sea estricto con él para que aprenda la lección!!
    Tali no tardes en actualizar tu historia que ya se extrañaba!!

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